Todos y ninguno

Soy uno más entre tantos, entre parrillas, humo y cánticos, no soy un turista, o como diría Charly No soy un extraño, no ando sacando fotos a lo típicamente sudaca, como si esta realidad no me perteneciera.Como si almacenara en un álbum de fotos vacacionales estas latitudes. Soy un inmigrante y las causas de este pueblo lentamente se han hechos mis causas, y mis causas también son comunes, es cosa de perspectiva y escala. Mi cuerpo paulatinamente se hace parte más de estas calles, de estas diagonales, de esta plaza histórica ensangrentada por los aviones del Cristo viviente. No juego ningún papel fundamental, soy solo uno mas, uno de la masa, uno que salta al ritmo del bombo, bajo el flamear de miles de banderas. Sé que mi posición molestará a más de alguien, pero no hacerme parte de esta realidad sería ser cínico con mis sentimientos del autoexilio. Nuestros cuerpos vibran y este contrato social que exige el bien común baila al ritmo de las esperanzas individuales, yo los veo, sonrío hago una foto en mi mente y me pierdo en el mar de gente. Anoche un disparo que no percutó no mató a una persona, nos devolvió la vida, nos despertó a miles del aletargamiento tras la pantalla, tras nuestra responsabilidad de hacer política, de volver a las calles, esas calles que llevan nombres de próceres pero que las transita el hombre anónimo, la mayoría no quedaremos en los libros de historia y nos difuminaremos como las sombras en los adoquines. Pero nuestros cantos sonarán en los libros de los derechos ganados.