Jardines de mi cuadra

Los jardines muchas veces se comienzan
acompañados
y se secan en la soledad de lo abandonado.

Llenos de bríos esos árboles frutales nacieron
en un futuro que parecía lejano,
y de niños corríamos doblando sus jóvenes
ramas.

Cuantas tarde de calor tuve que regar
sus tazas hecha de un círculo de piedras,
alguna vez vi a mi madre contenta
sacando los primeros frutos, de ofrenda.

De púber teníamos nuestra casa club,
observatorio de pajaros,
y faro de la amistad
llamando a los amigos a lo lejos.

Regresando del colegio,
divisé a mi primer amor, riendo entre
las verdes hojas,
bajo la sombra de ese cálido verano.

El Olivo nunca creció,
y cuando la parra se cortó,
y todo comenzó a desaparecer en el jardín,
no hubo almuerzos familiares de verano.

Mi novia de ese verano se fue con el vecino,
yo me quedé con mi madre,
que lloraba en la puerta,
al lado del olivo que no creció.




Comentarios

Entradas populares