Retrovisor

Cada vez mi juventud y mis amigos están más lejos,
hoy albergo más recuerdos,
que menos logro recordar.

El pasado ha recolectado llagas y risas,
marcándome la cara de melacolismo,
alejándome la cara del niño que se enviaba cartas.

Es cosa de mirar los escaparates
los mudos neones en la noche helada,
las ventanas sin cortina enmarcando sueños y soledades.

Aún sigo tomando malas decisiones
y mi ceño jamás ha dejado de fruncir
¿Quién me regalo estos ojos tan tristes?.

Los Fabulosos* siguen sonando en la radio,
los escucho alto, a tu lado,
como esperando que cambie algo a mi favor.

Esperaré que la música me calme,
que me lleve a los viejos tiempos,
en donde cantábamos ebrios, convencidos, tal vez felices.

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